LOS PRIMEROS HABITANTES DE ARGENTINA
Los Toldos y Piedra Museo son importantes yacimientos arqueológicos ubicados en la Patagonia argentina, y son considerados los asentamientos paleolíticos más antiguos de ese país. En estos abrigos rocosos, los arqueólogos descubrieron puntas de lanza y diversos utensilios líticos en un contexto rico en huesos animales pleistocénicos extinguidos. Los restos tienen una antigüedad de 11 000 años a.C. y fueron elaborados por expertos cazadores que también dejaron pinturas rupestres.
Estos hallazgos permiten afirmar que ya no es Clovis la evidencia confirmada más antigua de presencia humana en América. Taima Taima, Pedra Pintada, Monteverde, Los Toldos y Piedra Museo sugieren que el poblamiento de Sudamérica fue contemporáneo o tal vez más antiguo que el de Norteamérica.
EL HOMBRE DE MONTEVERDE
En Monteverde se hallaron evidencias de un campamento de 12 tiendas hechas de estacas de madera y pieles de animales con restos de fogón. Las cenizas sometidas al Carbono 14 arrojaron una antigüedad de 13000 años a.C. Los arqueólogos encontraron instrumentos de hueso y puntas bifaciales asociadas a huesos de megafauna pleistocénica como mastodontes y paleollamas. Las puntas Monteverde se asemejan mucho a las encontradas en Taima Taima (Venezuela) que tiene una antigüedad de 11000 años a.C.
Ya el hallazgo del campamento de 13 000 años a.C. había causado revuelo internacional. Sin embargo excavando en estratos más profundos Dillehay encontró restos que arrojaron una antigüedad de 33 000 años. De confirmarse estos resultados se daría un vuelco total en la explicación del poblamiento inicial americano. Las investigaciones continúan y la polémica es cada vez más encendida.
LOS PRIMEROS HABITANTES DEL BRASIL
Pedra Furada es un abrigo rocoso ubicado al nordeste de Brasil y su excavación está a cargo de un equipo Franco-Brasileño dirigido por Niede Guidón. Inicialmente los arqueólogos estudiaban las pinturas rupestres ubicadas en la caverna, pero al encontrar evidencias de industria lítica los estudios tomaron un nuevo giro. Los arqueólogos tomaron 55 muestras orgánicas asociadas a las evidencias líticas que fueron sometidas a la prueba del Carbono 14. Los resultados arrojaron fechados que van desde los 6 000 a los 50 000 años a.C. Se ubicaron lascas y toscos instrumentos de cuarzo. También restos de fogones y cenizas.
Los resultados de Pedra Furada, sobre todo los fechados más antiguos han sido objeto de diversas críticas. El arqueólogo norteamericano Tom Dillehay sostiene que los supuestos artefactos de cuarzo y cuarcita son de las mismas rocas que se desprenden de la cueva. La intervención humana en estos restos no ha sido demostrada. Pedra Furada esta siendo severamente cuestionada y sus sorprendentes fechados más antiguos son desestimados por la comunidad científica internacional.
EL HOMBRE DE PEDRA PINTADA
Pedra Pintada es otro importante sitio paleolítico americano. La caverna se ubica en medio de la Amazonía brasileña. Los fechados alcanzan hasta 11 000 años a.C. Las muestras consisten en puntas de cuarzo, restos óseos de fauna tropical y pinturas rupestres. Sus habitantes fueron excelentes pescadores y recolectores de frutos. Sus instrumentos líticos tienen un pulido triangular. Pedra Pintada es una evidencia de la extraordinaria adaptación de los grupos paleoindios a las condiciones de la selva tropical.
EL HOMBRE DE TAIMA TAIMA EN VENEZUELA
EL HOMBRE DE KENNEWICK
Basándose en estos restos óseos algunos científicos como Richard Jantz, de las Universidad de Tennessee, sugieren que grupos no mongoloides (Ainos del Japón) llegaron por vía transpacífica a las costas occidentales de Norteamérica y se habrían extinguido; sin embargo, otros, como el antropólogo Francisco Mena, de la Universidad de Chile, consideran que esta hipótesis se debilita con tres argumentos: “En primer lugar, la muestra de esqueletos es mínima y en muy pocos ejemplares se ha analizado el ADN, como para determinar su dotación genética. En segundo lugar, hay que considerar que en toda población existe una amplia diversidad. En tercer lugar, la morfología mongoloide, que caracteriza a las razas americanas no existía hace más de 10 mil años, ni siquiera en Asia, por lo que perfectamente estos primeros habitantes pudieron provenir de Siberia y tener otra apariencia que fue cambiando con el tiempo". Además, precisa que “ las diferencias entre los indios actuales y los cráneos antiguos no implicarían necesariamente una extinción y ni siquiera un reemplazo poblacional, sino tal vez solamente la desaparición de rasgos arcaicos por hibridaje con una mayoría diferente recién llegada".
EL HOMBRE DE MEADOWCROFT
Las puntas de lanza de las costas atlánticas norteamericanas no tienen la forma de las clásicas armas acanaladas de los Clovis. Más se asemejan a las puntas solutrenses halladas en España y Francia, del periodo Paleolítico Superior. Basándose en esto los especialistas Bruce Bradley y Dennis Stanford, del Departamento de Antropología del Instituto Smithsoniano de EE.UU., plantean una sorprendente hipótesis. Sin negar la inmigración paleomongoloide por la ruta de Bering, sostienen que hace 18000 años grupos de cazadores europeos habrían llegado en embarcaciones rudimentarias cruzando el Atlántico por el lado oriental de América del Norte.
HALLAZGOS PRE-CLOVIS
LOS HOMBRES DE CLOVIS Y DE FOLSOM
Las puntas Clovis fueron halladas principalmente en Nuevo México. Son puntas líticas acanaladas de 10 a 12 centímetros de largo y son casi perfectamente simétricas. Son bifaciales y filudas, realmente mortíferas para los mamuts que recibían los lanzasos. De forma semejante a los modernos cazadores de elefantes, los cazadores de mamuts se dividían en dos grupos; unos distraían al animal y otros arremetían para herirle en el vientre o en las piernas. Las puntas Clovis han sido ubicadas en diversos lugares de Norteamérica como Alaska, California, Nevada, Mississipi y México.
Posteriormente los cazadores de Clovis, cedieron lugar a los hombres de Fólsom, fabricantes de puntas de lanza acanaladas pero de menor tamaño. Estas puntas eran eficaces para la cacería de bisontes lanudos que se convirtieron en la presa preferida de los cazadores norteamericanos ante la extinción de los mamuts. El bisonte, durante miles de años, se convirtió en el principal sostén de los amerindios paleolíticos. Se aprovechó al máximo su carne en la alimentación, su duro cuero para el vestido y la vivienda, su estiércol seco como combustible, sus grandes cuernos y dientes para fabricar utensilios, armas y adornos.
En otras regiones del continente se han descubierto yacimientos líticos contemporáneos a Clovis y Folsom, entre estos destacan: Lago Maden (Panamá), Tequendama (Colombia), El Inga (Ecuador), Huargo (Perú), Guitarrero (Perú), Viscachani (Bolivia), Cueva Fell (Chile). Estos sitios tienen entre 12000 y 8000 a.C. y cuentan con la confirmación de la comunidad científica internacional.
RESTOS ARQUEOLÓGICOS DEL POBLAMIENTO AMERICANO
Los sitios arqueológicos más cuestionados o rechazados son aquellos que han recibido un fechado mayor a 13 000 años a.C. entre los que se encuentran:
Dawson City (Canadá), Old Crown (Canadá), Cálico Hills (EE.UU.), Lewisville (EEUU), Santa Rosa (EE:UU), Tlapacoya (México), El Bosque (Nicaragua), Paccaicasa (Perú).
Mapas del Poblamiento de América
"Las líneas negras marcan el poblamiento americano desde Siberia, realizado básicamente por grupos mongoloides, descendientes del Homo Sapiens Sapiens que surge en África y se adentra en los continentes europeo y asiático. Las líneas grises indican las trayectorias de navegación propuestas por aquellas teorías, no aceptadas por el grueso de la comunidad científica, sobre el poblamiento de América del Sur proveniente de Oceanía".
Este mapa también representa las principales inmigraciones paleolíticas a nuestro continente. La ruta asiática fue sustentada por Alex Hrdlicka, la melanésica por Paul Rivet y la australiana por Antonio Méndez Correa.
TEORIA AUSTRIALANA
El antropólogo Paul Rivet en apoyo de esta teoría escribió: “ Esta hipótesis no es nada inverosímil. Sabemos que ha habido en el continente antártico períodos de extensión glaciar mayor que en nuestros días. Existieron pues períodos glaciares e interglaciares, como en el hemisferio norte, y no es imposible que, después del último máximo de extensión, se produjera un período de regresión glaciar, correspondiente al óptimo post-glaciar, como en Europa y en América del Norte. Esta regresión podría haber dejado una faja libre de hielos en la costa antártica, análoga a la existente en Groenlandia, permitiendo así establecimientos humanos. Por analogía con lo conocido en el hemisferio norte, se podría situar esa sazón hacia unos 6000 años antes de nuestros días.” (RIVET, Paul. Los orígenes del hombre americano, p.107)
El antropólogo portugués estudió en la década de 1920, a los nativos de la Patagonia y la Tierra del Fuego (Onas, Kon, Tehuelches, Alakalufes y Yagán) encontrando similitudes físicas, linguísticas y etnográficas con los aborígenes australianos. Entre las semejanzas podemos mencionar el grupo sanguíneo, las formas craneales, la resistencia al frío, palabras comunes, uso de mantos de piel, chozas en forma de colmena y el uso del boomerang. También merece mención el zumbador o churinga, un instrumento musical de uso ritual con modelos muy idénticos en ambas regiones.
Una variante de la teoría de procedencia australiana fue presentada por George Montandon, quien sugiere una migración malayopolinesica con esclavos australoides, los cuales se instalaron en la Isla de Pascua, siendo utilizados en las construcciones de los colosos llamados “moais”. Los polinesios como buenos navegantes habrían llevado a los australianos a la Isla de Pascua y luego hasta las costas americanas en busca de materiales para sus construcciones. En los viajes a tierra firme los esclavos australianos habrían escapado de sus amos. De esta manera tenemos a los australianos en América. Esta tesis es ratificada en parte por la cronología hallada en la Isla de Pascua.
TEORIA POLIRACIAL U OCEANICA
Otra de las teorías clásicas es la de Paul Rivet, para quien la población indígena americana es el resultado de cierto número de migraciones, unas por el estrecho de Bering y otras a través del Océano Pacífico.
Rivet tomó como base para su teoría, datos de múltiples evidencias como: rasgos biofísicos (estatura, color de piel, etc.), datos culturales y lingüísticos, tanto de los asiáticos, como de los americanos y oceánicos, con el objetivo de encontrar correspondencias que le permitieran reconstruir las posibles rutas migratorias que habrían seguido los primeros hombres americanos.
Refutó la tesis monoracial de Hrdlicka, postulando varias corrientes migratorias aparte de la asiática-mongoloide. Sostiene que también poblaron América los melanésicos y polinésicos a través de rutas transpacíficas, inclusive reconoce una inmigración australiana. Por ello la teoría de Paul Rivet es llamada “`poliracial”.
LA TEORÍA ASIÁTICA DE ALEX HRDLICKA
El actual estrecho de Bering lo forman las aguas que cubren la plataforma continental que une a la península siberiana de Chukotsky con la península de Seward en Alaska. Esta plataforma, hoy sumergida, de una profundidad media de sólo 40 metros, constituyó una gran masa de tierra continua entre ambos continentes. Los estudiosos la conocen como Istmo de Beringia. Éste quedó al descubierto por el fenómeno de la “eustacia glacial”, que ocasionó el descenso del nivel del mar en 100 metros, durante la Glaciación de Wisconsin (o Wurm)del periodo Pleistoceno. Cierto es que la distancia entre el continente euroasiático y América es de unos 90 kilómetros, encontrándose en el medio las islas Diómedes y un poco más al sur el archipiélago de las islas Aleutianas, lo cual, perfectamente, pudo hacer más fácil el paso de una a otra masa continental durante el Pleistoceno Tardío y el Paleolítico Superior.
Los seguidores de esta teoría plantean que no sólo habrían avanzando hacia nuestro continente valiéndose del estrecho de Bering, sino a través de otras rutas menores, como las islas Aleutianas y la corriente marina del Kuro Shiwo.
La teoría inmigracionista asiática se apoya básicamente en semejanzas antroposomáticas entre el hombre asiático y los amerindios : cabellos lacios y oscuros, ojos con pliegue mongólico, pómulos anchos y salientes, dientes en forma de pala, rareza de pilosidad en la cara. También señaló la famosa “mancha mongólica”, una pigmentación verdosa congénita que tienen los asiáticos e indígenas americanos al nacer y que desaparece con el paso de los años. Hrdlicka era partidario del origen monoracial del poblamiento de América. Según él, entre los indios de América (mayas, quechuas o patagones) hay un conjunto de caracteres comunes que sugieren un origen común general. Este “aire de familia” se debería a que todos descienden de un tronco común: el asiático mongoloide.
Niño y mujer de raza asiática.
A favor de su tesis monoracial, Hrdlicka sostuvo también que todas las lenguas indígenas, como las asiáticas, eran polisintéticas y aglutinantes. Polisintéticas porque sus palabras están compuestas por muchos morfemas y aglutinantes porque sus palabras se forman al añadir varios prefijos y sufijos.
Es importante recordar que Hrdlicka era firme partidario de un poblamiento reciente, para él las primeras bandas llegaron recién a fines del Cuaternario (12 000 años a.C. aproximadamente) .
Si bien es cierto que la ruta de inmigración asiática es ampliamente aceptada por la comunidad científica internacional, Hrdlicka tuvo y tiene detractores. El punto más atacado es su tesis monoracial. Sus críticos (Paul Rivet y Mendes Correa, por ejemplo) consideran que, aparte de los mongoloides, también llegaron otros grupos migratorios paleolíticos, como melanésicos y australianos; es decir sostienen una tesis poliracial.
El portugués Mendes Correa explica: “La lista de los caracteres que, en opinión de Alex Hrdlicka, permiten la definición de un tipo general americano, no tiene el alcance que pudiera atribuírsele a primera vista. Se encuentran en ella muchos caracteres que no son comunes a todas las tribus de indios, sino apenas más o menos frecuentes entre ellos. Un gran número de estos caracteres aparecen en otros grupos étnicos y no poseen ningún valor específico diferencial desde el punto de vista etnológico. Es preciso también poner en evidencia que Hrdlicka señala entre los americanos que algunos caracteres importantes presentan una amplia variabilidad, lo cual habla a favor de una heterogeneidad antropológica. No se trata de variaciones individuales de un tipo, sino de diferencias diferencias importantes de medidas, de diferencias de tipos. El antropólogo americano dice por ejemplo, que el color de piel entre los indios varía de amarillo oscuro o moreno amarillento hasta el tono chocolate, pero dice que el color fundamental...es moreno amarillento. Es preciso ver en esta síntesis, en esta expresión ‘color fundamental’, no tanto la unidad real del color en América como un esfuerzo artificial para reunir tipos cromáticos diferentes. Hay en realidad pueblos que tienen uniformemente la piel de un color amarillo pálido y otros de un color casi negro.” (MENDES Correa. Nouvelle hypothèse sur le peuplement primitif de l’Amérique du Sud. Citado por Paul Rívet en : Los orígenes del hombre americano, pp. 74 y 75)